Ovillo de Lana

Capitulo IV
Perdido en la niebla


Irina estaba en la cierto, su percepcion acerca de las personas era buena.
Tengo motivos importantes para estar aqui, aunque no se los quise revelar y lo ha notado.
Yo mismo me pregunto, ¿que me ha traido a estos suburbios, a trabajar en una mina, a acostumbrarme a un clima inclemente , y a la soledad?
Para encontrarse a uno mismo, primero hay que perderse, y yo me he perdido.
He buscado todo esto, lo he añorado y deseado.
He buscado perderme, para al mismo tiempo tratar de encontrarme.
Vengo de un lugar muy lejano, a mas de 15000km de distancias, con otras costumbres, otra lengua, donde tenia casi todo. Casi todo.
Ni sabia de la existencia de esta ciudad mas alla de su nombre, pero el barco carguero en el que viaje como uno mas, tenia como destino este puerto. Es una bella ciudad, mas sus afueras no pero no es algo que realmente me importe mucho.
Al fin y al cabo, los muertos no tienen pretensiones.
Y yo soy uno de ellos.
Las personas me han decepcionado asi como me he decepcionado a mi mismo. Por eso busque este destierro, este autocastigo.
Extraño muchas cosas, y las extraño porque solo se extraña lo que uno tuvo: dinero... amistad...amor... el amor...
 Nadie sabe que estoy aqui, para todos yo he muerto en mi patria. He sido hasta en eso, cruel con los pocos que me han apreciado, pero era inevitable. Aqui al menos nadie me conoce, a nadie le importa, nadie exige nada de mi, que sea de una forma u otra, solo soy yo. No pienso en mi pasado casi aunque me cuesta olvidar , no pienso en el futuro porque no lo tengo mas alla de despertarme cada dia, solo vivo intensamente el presente.
El camino costero esta muy bello esta mañana y el rio brilla con el sol. Hace tiempo que no veia el sol, yo inmerso en mi propia niebla...
Orion me ha acompañado a dar este paseo, y para algunas personas es una atraccion porque se han acercado a acariciarlo de buen modo.
Con las manos en mi abrigo sigo sentado mirando el rio...
 Orion juguetea con el pequeño perro de una traseunte que creo haberla visto en mas de un lado antes, los miro y me da gracia el alboroto que han armado mientras se corren el uno al otro.
Sigo mirando el rio.
De repente, la mujer se para delante mio a escasos centimetros... es una joven de una piel blanca radiante, y ojos color cafe, de una singular belleza...
Solo mirandome, abre mi mano, deposita algo y la cierra, amablemente me sonrie y se va por el camino costero con su pequeño perro.
El frio de su piel me estremecio, por su belleza, como una reina de hielo.
En mis manos hay un caramelo muy propio de este lugar y una nota doblada. Raro.
La nota, increiblemente esta en mi lengua nativa... lo cual hace que no haya sido una coincidencia la situacion, y dice en un esforzado intento de español " No este triste, ud todavia puede ser feliz y hacer feliz" y firma con un nombre para mi todavia enigmatico: Natalia Petrov.
No puedo evitar las lagrimas. Siento que estoy empezando a encontrar lo que perdi...hace mucho que no sonreia sincermente, y mi corazon late ansioso  mientras miro el rio.
Esta latiendo de nuevo.
Me he equivocado.
No estoy muerto, aun todavia vivo.